Entrevista a nuestros compañeros regresados de Panamá

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Después de tres semanas han regresado los afortunados “panameños”: once chicos (más dos profesores) que han hecho un intercambio con Panamá, en centro América. Y como han tenido igualmente, después de tres semanas de diversión, el coraje de hablarnos, aquí está lo que nos han dicho algunos alumnos de II F.

Entrevistadoras: ¡Hola chicos! Bueno, empezamos. ¿Cómo fue el viaje?

Lorenzo: Bastante largo. Yo nunca había hecho un viaje tan largo, aunque hice uno parecido con mis padres, pero duró sólo quince días. Lo más difícil fue estar en el avión muchas horas.

E: ¿Cuáles son las costumbres más extrañas en Panamá?

Lorenzo: Pues… lo que me pareció más extraño fue la hora de la comida; sobre todo los jóvenes comen a la hora que quieren. Habitualmente comen a las dos y media, si no meriendan por la tarde cuando tienen hambre.

Sin embargo, otra cosa que me impresionó fue la rigidez, todo lo contrario respecto a la libertad italiana. Los jóvenes menores de dieciocho años no pueden hacer casi nada: no pueden ir a la disco, tomar bebidas alcohólicas, fumar… aunque todo el mundo sabe que estas reglas se respetan muy poco.

E: ¿La experiencia que más te gustó?

Lorenzo: Sin duda la excursión a Contadora, una isla pequeña muy cerca de Panamá, en el océano Pacífico. Allí no teníamos reglas, podíamos hacer todo le que queríamos, ya que no había peligro.

Además en el hotel habían animales exóticos pero sobre todo… ¡libres! Pavos, monos, papagallos, cabras y ovejas corrían por el patio del hotel.

E: La ciudad en cincos adjetivos… ¿Cuáles son las diferencias entre las ciudades italianas y las panameñas?

Alessia: ¿Cincos adjetivos? Bueno… contaminada, caótica, colorida pero sobre todo muy rica y muy pobre al mismo tiempo. Está literalmente dividida. Tiene una parte muy rica donde hay tiendas de “Louis Vuitton”, “D&G” y muchos rascacielos. Cerca de allí hay muchos barrios pobres, con sόlo casas viejas y decadentes. ¡En algunos de estos barrios si vas andando te pueden matar! La criminalidad es muy alta y por eso nunca nos movíamos sin un acompañante.

E: ¿Habéis exportado una buena imagen de los chicos italianos? ¿O habéis hecho algún papelón?

Alessia: «Hi,hi,hi… pues, un día al “branch” habían algunas personas con la ropa tradicional de Panamá que bailaban los bailes típicos y nos han invitado (con mucha insistencia…) a participar todos juntos… ¡un papelón! ¡Nadie sabía mover una pierna!

E: ¿Fue traumático vivir en familias que no hablaban vuestra lengua?

Cristina: Fueron hospitalarios sin duda. Entender no fue tan difícil como se cree porque si nosotros se lo pedíamos ellos hablaban despacio, pero mientras hablaban entre ellos no se entendía casi nada de lo que decían. Además algunas familias tenían horarios muy “rígidos”. Dos de nuestras compañeras tenían que estar encerradas en sus cuartos a las nueve y cuarto de la noche. ¡Qué pena!

E: “Desafortunadamente” había escuela también allí… ¿qué os pareció?

Cristina: La escuela no me gustó para nada porque los alumnos tenían que llevar uniformes que eran muy feos. Además las chicas no podían teñirse el pelo ni maquillarse. Sin embargo, para los chicos las reglas no eran tan rígidas, excepto la de tener el pelo corto.

E: ¿La escuela era tan chula como la nuestra? Je, je…

Maria: Era bastante moderna. Tenía un patio y cinco pisos y laboratorios de ciencias, informática (que allí es una asignatura) y teatro.

En el patio habían juegos para los niños (columpios, toboganes…) porque la escuela albergaba todos los grados de educación.

E: Pues… por fin hemos llegado a la pregunta final. ¿Cómo habéis resistido tres semanas sin ver un buen plato de pasta?

Maria: Ji, ji… bueno, hemos sobrevivido. Habían muchas frutas tropicales como papaya, maracuyá, guanabana, pero no me gustaban mucho. Habían también tortillas de maíz que se comen con huevos, panceta, tomate y las empanadas fritas con pollo eran también muy buenas. Para los chicos más nostálgicos habían muchos “burger king” y establecimientos que se parecen al McDonald. ¡Pero hemos echado de menos la cocina italiana!

Eugenia Beccalli e Federica Baradello (2F)

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